Muertes imaginarias

Gabriel Meredith, editor de la imaginaria revista Caveat Lector, que recoge las necrológicas más destacadas del año, ha decidido expandir el género del obituario para recoger entrevistas, reportajes, viñetas o textos misceláneos sobre los perfilados. «Aquí está entonces esta barca de muertos, para que quienes no los conocieron los saluden y quienes los reconocen los despidan. Los muertos siempre encuentran la manera de devolver la atención que les brindamos.»

Estas necrologías reconstruyen vidas extintas a partir de sus vestigios, reordenan datos biográficos, traducen mundos diversos, franquean y confunden los linderos entre la ficción y la realidad. Muertes imaginarias es un remix total, un ejercicio de entrevero de lo real con lo posible, un homenaje a los caídos en el ominoso 2020.

Muertes imaginarias es un híbrido que pide una lectura activa que vaya calibrando el estándar de verdad o verosimilitud de los textos y determinando el modo de lectura, o sea el género, más aplicable. Es remix, mashup, versioneo. Marcel Schwob y Stephen Pressfield se pasean por el bosque de referencias que es el punto de partida de este ejercicio literario, donde emerge la revista del New York Times del último día de diciembre, que ofrece los obituarios más destacados del año. El título de ese número es siempre el mismo: The Lives They Lived. Los personajes de Muertes imaginarias nacieron de traducciones de algunas de esas notas necrológicas, pero los personajes mutaron, se chilenizaron, se les inventaron circunstancias y un estilo, mudaron de piel hasta transformarse en escritura nueva.

 

Muertes imaginarias juega inteligentemente con los bordes inestables de la ficción y la realidad, porque le interesa involucrar al lector en su estratagema, sentarlo a la mesa de la narración, la mesa donde se juega la célebre última partida de ajedrez.

Pedro Gandolfo

Muertes imaginarias de Roberto Castillo (Chile, 1957) resulta un libro entrañable, polifónico y lleno de humor, que capta la tensión y la esencia huidiza de lo chileno, al mismo tiempo que se divierte y «chileniza» los famosos obituarios del New York Times. Con un collage de influencias que van desde Marcel Schwob y Ernest Hemingway a Los Prisioneros y Mon Laferte, y con el coronavirus como uno de los personajes invitados junto a Mario Vargas Llosa, Roberto Castillo le devuelve la esperanza al relato breve «ante el avance arrollador de la autoficción» en el mercado editorial.

Publishers Weekly

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Roberto Castillo Sandoval

Es doctor en Literatura y Lenguas Romances de la Universidad de Harvard. Ha publicado Muriendo por la dulce patria mía, Antípodas y Muertes imaginarias, así como su traducción de Bartleby, el escribano. Una historia de Wall Street, de Herman Melville, y de Wakefield, de Nathaniel Hawthorne. Es académico en el Haverford College de Pensilvania.

Información adicional

Autor

1ª Edición

noviembre de 2020

Diseño

Estudio Postal

Nº de páginas

128

Dimensiones

15 x 21 cm

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